A raíz de la horrible masacre en la Fiesta Musical Supernova el 7 de octubre, Natalie Sanandaji, una sobreviviente, compartió valientemente su desgarradora experiencia con Arutz Sheva – Israel National News. Su relato arroja luz sobre la cruda realidad de ese fatídico día y la resiliencia que surgió del caos.
Sanandaji comenzó relatando los momentos alegres previos al ataque, donde la gente bailaba y disfrutaba de la música, ajena a la tragedia que estaba a punto de desarrollarse. “Ninguno de nosotros podría haber sabido lo que iba a suceder a continuación”, dijo, recordando los felices momentos previos al ataque.
El sobreviviente describió vívidamente el terror que se apoderó de la multitud cuando comenzó el ataque. Cuando entró el pánico, la gente comenzó a correr por sus vidas. Sin embargo, la impactante realización se produjo cuando notaron que otros corrían hacia ellos, perseguidos por terroristas desde múltiples direcciones. La ruta de escape, que alguna vez fue segura, ahora los conducía peligrosamente hacia los atacantes, intensificando el miedo entre los asistentes al festival.
En una revelación escalofriante, Sanandaji reveló una decisión crucial que contribuyó a su supervivencia y la de sus compañeros. Aproximadamente dos horas después de la fuga, se encontraron con amigos escondidos en una zanja, instándolos a unirse. Sin embargo, un amigo insistió en que esconderse los haría vulnerables como patos sentados, ya que los terroristas podrían descubrirlos fácilmente y atacarlos. Enfatizó que su única posibilidad de sobrevivir era seguir corriendo, una decisión que trágicamente resultó ser la correcta. Aquellos que optaron por esconderse en la zanja no lograron salir con vida, siendo víctimas de los despiadados atacantes.
Sanandaji enfatizó la importancia de compartir su historia, poniendo un rostro humano a la tragedia en medio del discurso global. Con preocupaciones sobre la deshumanización de los judíos y la tergiversación de la masacre como una forma de “resiliencia para liberar a Palestina”, ella cree que las narrativas personales pueden fomentar una conexión y comprensión más profundas. Al compartir su rostro y relatar los aspectos humanos de la historia, espera desafiar los prejuicios y fomentar la empatía.
En una poderosa declaración, Sanandaji afirmó su compromiso de no permitir que los terroristas les roben la alegría y las ganas de vivir. Ella expresó su determinación de bailar de nuevo, enviando un mensaje resiliente de que, a pesar del trauma, el espíritu de quienes sobrevivieron permanece intacto.
Mientras Natalie Sanandaji comparte su cuenta personal, no solo conmemora a las víctimas, sino que también desafía las narrativas que rodean el trágico evento. Su historia sirve como testimonio de la fortaleza del espíritu humano frente a una adversidad indescriptible.