En un acontecimiento significativo, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, anunció el martes que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) comenzarán a reclutar hombres ultraortodoxos (haredíes) a partir del próximo mes. Esta medida sigue a un fallo histórico del Tribunal Superior de Justicia, que declaró que no existe base legal para eximir a los hombres ultraortodoxos del servicio militar obligatorio.
La decisión de Gallant se produjo después de una reunión de evaluación integral con el jefe del Estado Mayor militar, el teniente general Herzi Halevi y otros altos funcionarios. La reunión se centró en cómo implementar la decisión del tribunal de manera efectiva y al mismo tiempo abordar los desafíos únicos que plantea el reclutamiento de hombres ultraortodoxos.
Plan de implementación y desafíos
Tras la evaluación, Gallant aprobó la recomendación de las FDI de emitir borradores de órdenes a la comunidad ultraortodoxa. El proceso se alineará con las capacidades de absorción y selección de las FDI e implicará un refinamiento exhaustivo de los datos sobre posibles reclutas. Gallant y Halevi enfatizaron que reclutar hombres haredíes es tanto una necesidad operativa como una cuestión social compleja. Destacaron la importancia de permitir que los soldados mantengan su estilo de vida religioso mientras sirven.
Funcionarios e informes clave
En la reunión participaron el subjefe del Estado Mayor, mayor general Amir Baram y otros altos funcionarios, incluido el mayor general (res.) Eliezer Shkedi, autor de un informe detallado sobre la integración de hombres haredíes en las FDI. El informe Shkedi describe estrategias para el reclutamiento e integración efectivos de los ultraortodoxos en el servicio militar.
Campaña informativa
Para apoyar el proceso de reclutamiento, el Ministerio de Defensa lanzará el próximo mes una campaña de información dirigida a la población ultraortodoxa. La campaña destacará varias rutas de servicio adaptadas a las necesidades de los reclutas ultraortodoxos, según lo recomendado por el Comité Shkedi.
Fallo del Tribunal Superior y acciones inmediatas
El mes pasado, el Tribunal Superior dictaminó que no existe ningún marco legal que justifique la exención del servicio militar de los estudiantes de la ieshivá haredí. En consecuencia, el fiscal general ordenó el inicio inmediato del proceso de reclutamiento para 3.000 hombres ultraortodoxos, basándose en la capacidad actual del ejército para procesar nuevos reclutas.
Proceso de selección y problemas de coordinación
Uno de los principales desafíos que enfrenta el ejército israelí es determinar qué hombres reclutar del grupo de 63.000 estudiantes de ieshivá ultraortodoxos. Para acelerar el proceso, los militares han solicitado información sobre el historial laboral al Instituto Nacional de Seguros. Estos datos ayudarán a priorizar el reclutamiento de hombres haredíes que trabajan ilegalmente, ya que a los estudiantes de ieshivá con exenciones militares no se les permite trabajar.
Oposición y tensiones sociales
El reclutamiento de hombres ultraortodoxos es un tema muy polémico en la sociedad israelí. El liderazgo religioso y político haredi se opone firmemente a reclutar a estudiantes de la ieshivá convencional involucrados en estudios religiosos. Muchos judíos ultraortodoxos creen que el servicio militar es incompatible con su forma de vida y temen que el alistamiento pueda conducir a la secularización.
Por el contrario, muchos israelíes que sirven en el ejército sienten que la exención de larga data para los hombres haredíes les impone una carga injusta. Este sentimiento se ha intensificado, especialmente teniendo en cuenta el elevado número de víctimas de la guerra en curso, que ha provocado la muerte de más de 300 soldados y la movilización de más de 300.000 reservistas.
Conclusión
La decisión de reclutar a hombres ultraortodoxos marca un cambio significativo en la política militar israelí, y refleja debates sociales más amplios sobre la igualdad, el deber y la integración de diferentes comunidades. Mientras las FDI se preparan para implementar este complejo y delicado proceso, queda por ver cómo responderán la comunidad ultraortodoxa y la sociedad israelí en general.