El 13 de octubre de 2025 marcó un punto histórico en el conflicto israelí-palestino: los 20 rehenes vivos restantes retenidos por Hamás durante más de dos años fueron devueltos a Israel mediante un acuerdo mediado por terceros. Esta liberación se gestó en el contexto de prolegómenos de una tregua más amplia y un intercambio de prisioneros que involucra a miles de detenidos.
Ese acto de retorno no sólo es un acto humanitario sino también un mensaje político con profundo alcance nacional e internacional. Este artículo analiza el contexto histórico de este episodio, los detalles del acuerdo, las reacciones nacionales e internacionales, las problemáticas pendientes y las perspectivas de futuro que emergen de esta dramática resolución.
Contexto del secuestro y del conflicto
Origen del conflicto en octubre de 2023
En la madrugada del 7 de octubre de 2023, Hamás lanzó un asalto coordinado contra asentamientos israelíes en la frontera con Gaza. Se produjeron múltiples incursiones terrestres, bombardeos masivos y secuestros de civiles. Se estima que en esa ofensiva inicial murieron más de 1.200 israelíes, mientras que decenas de personas fueron tomadas como rehenes y trasladadas a la Franja de Gaza.
Ese episodio detonó una guerra de gran escala entre Israel y Hamás/Gaza que se prolongó durante dos años, con miles de víctimas, destrucción masiva y una crisis humanitaria aguda en Gaza.
Evolución de las negociaciones y liberaciones parciales
A lo largo de esos dos años, se llevaron a cabo varias rondas de negociaciones y polvo de liberaciones parciales de rehenes. Por ejemplo, algunos prisioneros israelíes fueron rescatados en operaciones especiales (como el rescate de Qaid Farhan al-Qadi en agosto de 2024), y otras liberaciones se concretaron bajo acuerdos de intercambio.
Sin embargo, hasta octubre de 2025 seguían en cautiverio decenas de rehenes, incluidos al menos 28 considerados muertos cuyos cuerpos no habían sido devueltos.
La persistencia del conflicto, las diferencias irreconciliables y la polarización política dificultaron un acuerdo amplio hasta este momento crítico.
Detalles del acuerdo de liberación
Operación y mediación internacional
La operación que permitió el retorno de los 20 rehenes vivos se inscribe dentro de un acuerdo mediado por actores como Estados Unidos, Egipto, Qatar y otros. Bajo condiciones pactadas, Israel accedió a liberar cerca de 1.700 a 2.000 prisioneros palestinos, incluidos algunos con condenas severas.
El intercambio fue coordinado con organismos como la Cruz Roja Internacional para asegurar el paso seguro de los rehenes y el cumplimiento de los términos.
Esta fase de liberación marcó un componente inicial de lo que algunos llaman el “Plan de Paz de 20 puntos” (o similares) para Gaza, que incluye treguas, retirada parcial y pasos diplomáticos adicionales.
Cronograma y entrega de los rehenes
Los primeros siete rehenes fueron entregados en Gaza al Comité Internacional de la Cruz Roja alrededor de las 8 a. m., y posteriormente trasladados hacia Israel. El resto siguió en entregas escalonadas.
Según los reportes, los prisioneros liberados fueron llevados a hospitales para evaluaciones médicas antes de reencontrarse con sus familias.
Un caso emblemático es el de la pareja Noa Argamani y Avinatan Or: ella había sido rescatada en 2024 de forma anticipada, mientras que él fue liberado como parte del grupo de 20 en esta fase y se reencontraron con gran emoción.
Otro caso destacado es el de Evyatar David, quien fue liberado después de permanecer en cautiverio desde el festival Nova, junto con Guy Gilboa-Dalal.
Las muertes y el regreso de cuerpos
Dentro del acuerdo, se prevé también la devolución de cuerpos de rehenes muertos en cautiverio. No obstante, Hamás había declarado que entregaría sólo 4 de los 28 cuerpos restantes hasta ese momento, generando acusaciones de violación del pacto por parte del Foro de Familias de Rehenes y Desaparecidos.
La demanda de las familias es que los cuerpos restantes sean entregados para permitir funerales dignos.
Reacciones nacionales e internacionales
Celebraciones y críticas en Israel
En Israel, la liberación desató escenas emotivas: miles se congregaron en la tradicional “Hostage Square” en Tel Aviv para seguir las transmisiones del retorno. Discursos oficiales lo calificaron como día histórico, una victoria moral y un momento de unidad nacional.
Sin embargo, no faltaron críticas. Algunos legisladores de derecha denunciaron que el intercambio implica riesgos en seguridad interna y militar. Otros compararon el momento con el dolor de los rehenes no regresados.
El debate político sobre responsabilidades en la defensa previa al ataque de 2023 y sobre la estrategia del gobierno para negociar con Hamás también cobró fuerza en el Parlamento israelí.
Reacciones internacionales y geopolíticas
Líderes de varios países elogiaron el acuerdo como un paso positivo hacia la paz en el Oriente Medio. Alemania, Francia, Reino Unido y otros manifestaron su apoyo y urgieron avanzar hacia soluciones más amplias.
El involucramiento de Estados Unidos, con elogios públicos al papel en la negociación por parte del presidente Donald Trump, alimentó discursos sobre liderazgo diplomático.
No obstante, las potencias regionales recuerdan que el acuerdo es frágil y que debe complementarse con garantías de seguridad, desarme de facciones armadas en Gaza y reconstrucción humanitaria.
Consecuencias humanitarias y sociales
Efecto sobre las familias de los rehenes
Durante más de dos años de espera, las familias de los rehenes vivieron un estado de agonía permanente: incertidumbre, campañas mediáticas, presión política y dolor emocional. Esta liberación representa un cierre parcial para esas familias, al menos para los que sobrevivieron.
Pero la ausencia de retorno de 28 cuerpos aún deja heridas abiertas, en términos de duelo y memoria.
Contexto humanitario en Gaza
El acuerdo también contempla mecanismos de apertura humanitaria hacia Gaza: corredores para ayuda médica, evacuación de pacientes y provisión básica de suministros.
Gaza ha sufrido una devastación profunda: infraestructuras destruidas, desplazamiento masivo de población y crisis sanitaria severa. El movimiento para reconstrucción dependerá en gran medida de que la tregua se mantenga y se garanticen recursos sostenibles.
Impacto simbólico y moral
La liberación envía un mensaje simbólico potente: la perseverancia de las familias, la presión internacional y la diplomacia pueden rendir frutos aún en conflictos prolongados.
A nivel moral, pone en cuestión la legitimidad del uso de rehenes como herramienta de negociación. También refuerza una narrativa de derechos humanos, dignidad y respuesta política ante la violencia prolongada.
Retos pendientes y factores de riesgo
La estabilidad de la tregua
El acuerdo es una primera fase, con muchas cláusulas condicionales. Si la tregua se rompe, las hostilidades podrían reanudarse con fuerza. Observadores advierten que los mecanismos de monitoreo deben contar con respaldo militar, diplomático e internacional.
Disputa sobre los cuerpos no entregados
La negativa o demora en devolver los cuerpos de rehenes muertos podría minar la confianza del lado israelí y provocar tensiones diplomáticas. Israel probablemente insistirá en exigir que se respeten todos los términos del pacto.
Reintegración física y psicológica de los liberados
Los rehenes liberados han pasado años en condiciones extremas: inanición, aislamiento, traumatismo, posibles abusos. Sus reintegraciones a la sociedad israelí requieren apoyo médico, psicológico y social.
Además, muchas personas son más delgadas, debilitadas y con salud deteriorada tras el cautiverio.
Seguridad fronteriza y disuasión futura
Israel querrá asegurar que no se repita un episodio similar. Eso implica garantizar inteligencia, control fronterizo, disuasivos militares y presión diplomática sobre actores externos que apoyen a Hamás o grupos afiliados.
Asimismo, la liberación de prisioneros con antecedentes de violencia suscita críticas de sectores de seguridad, que advierten riesgos de reincidencia.
Gobernanza y reconstrucción de Gaza
Para evitar un resurgimiento del conflicto, es imprescindible definir el estatus político futuro de Gaza, su administración, la presencia de grupos armados, redistribución territorial y el rol internacional en su reconstrucción.
La visión de una paz más duradera dependerá de que Gaza no siga siendo un territorio vacilante, sometido a crisis de seguridad, pobreza extrema y falta de control institucional.
Lecciones históricas y paralelismos
Comparaciones con acuerdos de rehenes anteriores
Este tipo de intercambios no es nuevo en la historia del conflicto israelí-palestino. Hubo episodios anteriores de liberaciones fragmentadas, rescates selectivos y negociaciones prolongadas. La novedad en 2025 es la magnitud del intercambio y la cantidad de rehenes vivos liberados en una sola fase.
Comparando con acuerdos pasados, las condiciones de monitoreo, la presión internacional y la transparencia del proceso han tenido roles decisivos para su éxito o fracaso.
Factores determinantes del éxito
Al analizar casos previos, los elementos que favorecen una liberación efectiva incluyen:
- Mediación creíble y neutral
- Incentivos para que las partes cumplan
- Presión internacional robusta
- Verificación mutua de cumplimiento
- Provisión de seguridad y garantías postacuerdo
La combinación de estos factores moldeó esta operación de 2025.
Riesgos comparativos
En episodios anteriores, los acuerdos a menudo se rompieron o quedaron incompletos debido a falta de confianza, ataques posteriores o incumplimientos discretos. Por ello, muchos analistas señalan que este acuerdo está lejos de ser irreversible.
Perspectivas futuras y escenarios probables
Escenario optimista: consolidación de la paz
Si la tregua persiste, se abre una ventana para negociaciones más profundas: desarme gradual de Hamás, reintegración humanitaria de Gaza, reconstrucción sostenida y avances diplomáticos entre Israel y actores árabes.
Ese escenario podría proyectar una calma relativa regional y abrir espacio para una solución de dos estados u otros modelos de convivencia ajustados al contexto geopolítico.
Escenario intermedio: tregua frágil
Es probable que la tregua sea inestable, con violaciones esporádicas, incidentes fronterizos y tensiones latentes. En ese caso, la paz real demandará ajustes constantes, supervisión internacional reforzada y compromiso diplomático continuo.
La liberación de rehenes podría entenderse como una tregua temporal pero no como final definitivo del conflicto.
Escenario negativo: vuelta al conflicto
Si una de las partes incumple gravemente (por ejemplo, la no devolución de cuerpos, nuevas acciones militares, reactivación de grupos armados), el conflicto podría reanudarse con fuerza renovada.
Ese escenario desharía gran parte del avance simbólico conseguido y podría profundizar el trauma social de Israel y Gaza.
Conclusión
La liberación de los 20 rehenes vivos por Hamás después de más de dos años de cautiverio representa un momento cargado de simbolismo, alivio humano y esperanza política. Ha sido posible gracias a una compleja operación diplomática, un intercambio de prisioneros a gran escala y la mediación internacional.
Sin embargo, esta liberación no es un final definitivo: quedan múltiples retos por resolver, desde el retorno de los cuerpos faltantes hasta el sostenimiento de la tregua, la reconstrucción de Gaza, la seguridad regional y la reintegración de los liberados. El éxito futuro dependerá de la capacidad de actores locales e internacionales para traducir este momento histórico en un proceso pacífico duradero.
De cara al futuro, el impacto del acuerdo puede redefinir el curso del conflicto en el Oriente Medio. Si prospera, podría ser el alba de un nuevo capítulo diplomático. Si fracasa, quedará como una efímera esperanza entre heridas abiertas.