Esta semana, los dos principales rabinos de Israel, el rabino asquenazí David Lau y el rabino sefardí Yitzhak Yosef, concluyeron sus mandatos de diez años, dejando los puestos oficialmente vacantes por primera vez en más de un siglo. El Gran Rabinato israelí, una importante autoridad religiosa que gestiona aspectos clave de la vida religiosa como el matrimonio, el entierro y la conversión, se encuentra ahora sin sus líderes principales, y el camino para nombrar sucesores sigue siendo incierto.
Medidas provisionales en medio de un futuro incierto
Sin sucesores inmediatos, dos rabinos han intervenido para cumplir con sus deberes de manera interina. Sin embargo, el proceso de elección de nuevos rabinos principales ha estado plagado de retrasos y complicaciones. Las elecciones, inicialmente previstas para el año anterior, se pospusieron debido a un conflicto de programación con las elecciones locales de Israel y posteriores fallos de la Corte Suprema de Israel.
Los fallos judiciales presentaron desafíos adicionales: ambos principales rabinos salientes pertenecen a dinastías rabínicas prominentes, y el tribunal ordenó que ninguno podía influir en la selección de sus sucesores debido a posibles conflictos de intereses que involucraran a sus hermanos. Además, el tribunal ordenó considerar la posibilidad de nombrar más mujeres para el órgano electoral, añadiendo otra capa de complejidad al proceso electoral.
Presiones gubernamentales y legales
Michael Malkieli, ministro de asuntos religiosos de Israel, reconoció el fin del mandato de los principales rabinos pero no proporcionó una fecha para las nuevas elecciones. Los repetidos aplazamientos de su ministerio han dado lugar a múltiples peticiones a la Corte Suprema, exigiendo la programación inmediata de las elecciones. El rabino Seth Farber, fundador de Itim, una organización que aboga por una mejor gobernanza en el rabinato, enfatizó la urgencia de la situación y afirmó: “En la actualidad, el Gran Rabinato tiene poder y necesita ser transparente. Ahora mismo están violando la ley al no tener elecciones.”
Contexto histórico y político
La influencia del Gran Rabinato se extiende más allá de sus deberes administrativos y desempeña un papel fundamental en el discurso religioso público de Israel. A pesar de esto, su autoridad es a menudo criticada en varios segmentos de la sociedad israelí. Una encuesta realizada por el Instituto de Democracia de Israel realizada en mayo reveló que sólo el 44% de los judíos israelíes aceptan al Gran Rabinato como una autoridad religiosa o espiritual. Esta aceptación varía significativamente entre los diferentes grupos: el 66% de los judíos haredíes y sólo el 17% de los judíos seculares afirman la autoridad del rabinato. Los sionistas religiosos exhibieron el nivel más alto de aceptación con un 78%.
Mirando hacia el futuro
El futuro del Gran Rabinato de Israel se encuentra en una encrucijada. En elecciones pasadas se han producido intentos de reformar el organismo, como en 2013, cuando la campaña de alto perfil del rabino religioso sionista David Stav fracasó. Actualmente, los familiares de los principales rabinos salientes pretenden continuar el legado de sus familias asegurándose estos puestos influyentes.
Mientras el gobierno y el sistema legal navegan por las complejidades del proceso electoral, el período provisional pondrá a prueba la resiliencia y adaptabilidad del Gran Rabinato. El resultado de estas elecciones tendrá un impacto significativo en la dirección de la autoridad religiosa en Israel, remodelando potencialmente su papel en la sociedad israelí.
Conclusión
La partida de los principales rabinos de Israel sin sucesores inmediatos subraya los desafíos y la importancia del papel del Gran Rabinato en el país. Mientras los líderes interinos asumen sus funciones, las elecciones pospuestas y las batallas legales en curso resaltan la necesidad de transparencia y reformas dentro de esta institución crucial. Los próximos meses serán fundamentales para determinar el futuro liderazgo y la influencia del Gran Rabinato en Israel.