En medio de la rutina militar y las misiones en Gaza, un reservista de Nahal, Barak Fuchs, residente de Tzur Hadassah y programador para Israel Aerospace Industries, encontró una manera única de aprovechar su tiempo durante el servicio militar. Mientras sus compañeros de unidad se dedicaban a las tareas habituales, Fuchs se sumergía en el estudio del Tanaj, la Biblia hebrea, logrando la increíble hazaña de completar su lectura en tan solo 100 días.
La historia fue compartida por el rabino Zevik Harel, quien fue testigo del compromiso espiritual de Fuchs durante su estancia en la escuela secundaria para niñas en el kibutz Haftez Haim, en el centro de Israel. En la ceremonia de despedida, el rabino estrechó la mano de Fuchs, quien, según sus propias palabras, había encontrado un momento único en la vida para sumergirse en el estudio del Tanaj.
«Me dijo que cuando lo llamaron a la reserva, buscaba algo espiritualmente satisfactorio», relata el rabino Harel. Fuchs decidió que los descansos de sus deberes militares serían el momento perfecto para estudiar el Tanaj con el comentario del rabino Adin Steinsaltz, una tarea que llevaría consigo durante toda su estancia en la reserva.
Fuchs explicó su motivación de la siguiente manera: «Me dije a mí mismo que esta era una oportunidad única en la vida para leer el Tanaj completo y, sinceramente, esto realmente me conectó con cada generación, desde la antigüedad hasta hoy». Mientras la unidad realizaba incursiones constantes en Gaza para proteger la cadena de suministro, Fuchs encontraba su refugio en el estudio de las escrituras sagradas.
El momento culminante de su esfuerzo coincidió con el final de su servicio militar. «Justo ahora llegué al libro de Divrei Hayamim (Crónicas), empezamos a ver que se acercaba el final de nuestro servicio, y recién hoy, cuando terminé todo el Tanaj, nos vamos a casa», compartió Fuchs en un emotivo testimonio.
Lo más sorprendente de esta historia es que Fuchs reveló tener trastorno por déficit de atención, lo que hace aún más notable su logro académico. «Me cuesta concentrarme y no soy alguien que tenga un programa de estudio diario», confesó Fuchs. Sin embargo, aprovechó la oportunidad para enviar un mensaje de aliento a aquellos que enfrentan desafíos similares: «Quiero decirles a todos mis hermanos y hermanas que padecen esta afección: hay maneras en que pueden aprender».
Fuchs compartió su estrategia personal para superar las dificultades de concentración: «Personalmente, aprendo con auriculares en momentos inusuales del día». Su historia destaca la importancia de reconocer y abordar los obstáculos para el aprendizaje, y subraya que, aunque puedan existir desafíos, la determinación y la búsqueda de soluciones pueden llevar a resultados notables.
Antes de concluir su relato, Fuchs expresó su agradecimiento al kibutz Hafetz Haim y a la escuela de niñas que sirvió como su base durante los últimos meses. Su historia sirve como inspiración, recordándonos que la dedicación y la superación personal pueden florecer incluso en los entornos más inusuales, como un cuartel militar.