En la tradición judía, pocas bendiciones tienen tanto peso simbólico como Hamotzi. Esta breve fórmula, recitada antes de comer pan, encapsula gratitud, memoria ancestral y esperanza escatológica. Aunque su pronunciación es sencilla, su profundidad teológica y cultural ha sido objeto de reflexión por parte de rabinos y pensadores durante siglos.
Tabla de Contenido
Origen y fórmula de Hamotzi
La bendición Hamotzi se pronuncia tradicionalmente en hebreo como:
בָּרוּךְ אַתָּה ה׳ אֱלֹהֵינוּ מֶלֶךְ הָעוֹלָם הַמּוֹצִיא לֶחֶם מִן הָאָרֶץ
Baruch ata Adonai Eloheinu, melekh ha-olam, hamotzi lechem min ha’aretz.
Su traducción más común al español es:
“Bendito eres Tú, Señor nuestro Dios, Rey del universo, que sacas pan de la tierra.”
Esta fórmula expresa dos ideas centrales:
- Reconocimiento de Dios como fuente última (“Señor nuestro Dios, Rey del universo”)
- Gratitud por el sustento físico: el pan no proviene mágicamente, sino que “sale de la tierra” mediante un proceso natural y humano.
Aunque podría parecer que “pan” es algo simple, en la liturgia judía tiene gran importancia: la bendición de Hamotzi tiene un estatus especial y cubre otros alimentos en la comida.
Práctica ritual: cuándo y cómo se dice Hamotzi
Cuándo se recita
La bendición de Hamotzi se recita siempre que el pan es la parte central de una comida:
- En comidas cotidianas donde hay pan de verdad, preparado con los cinco granos (trigo, cebada, centeno, espelta u avena).
- En cenas festivas, especialmente el Shabat: la cena de viernes por la noche suele comenzar con lavado de manos, bendición y luego Hamotzi sobre la challah (el pan trenzado tradicional).
- Si el pan está presente, Hamotzi “cubre” todos los demás alimentos de la comida, salvo algunas excepciones (como ciertos postres o vino).
El ritual previo: lavado de manos
Antes de recitar Hamotzi suele hacerse un lavado ritual de manos (netilat yadayim):
- Se vierte agua sobre la mano derecha tres veces y luego sobre la mano izquierda tres veces.
- Se recita una pequeña bendición al lavar las manos:
בָּרוּךְ אַתָּה יְ-יָ אֱ-לֹהֵינוּ … וְצִוָּנוּ עַל נְטִילַת יָדָיִם. - Se seca bien las manos antes de proceder a Hamotzi.
En muchas comunidades judías observantes, hay una tradición de silencio entre el lavado de manos y la bendición sobre el pan. No es una ley estricta, pero se practica para evitar demoras innecesarias: según algunas fuentes, es preferible no hablar, ya que el Talmud aconseja que la bendición siga inmediatamente al lavado.
Cómo recitar Hamotzi
Al recitar Hamotzi, hay algunas costumbres rituales:
- Se sostiene el pan (o la challah) en la mano al pronunciar la bendición. Según algunas interpretaciones halájicas, se debe sostener preferentemente con la mano derecha, o incluso con ambas manos para simbolizar los diez dedos y su conexión con los Diez Mandamientos.
- En la cena de Shabat, tradicionalmente hay dos panes (challah): esto recuerda la doble porción de maná que los israelitas recibían en el desierto para el Shabat.
- Después de decir la bendición, es habitual espolvorear sal sobre el pan antes de repartirlo. Este gesto simbólico rememora los sacrificios del Templo, que se ofrecían con sal.
- Algunas comunidades rompen o rasgan el pan (en lugar de cortarlo con cuchillo) para enfatizar la no violencia; otros prefieren cortar.
Significado simbólico y espiritual
Aunque a primera vista Hamotzi es una bendición funcional —dar gracias por el pan antes de comer— su significado va mucho más allá.
Gratitud por el sustento
En su nivel más básico, Hamotzi es una expresión de gratitud: reconocer que el pan no es solo fruto del trabajo humano, sino también de la provisión divina. En el judaísmo, dar gracias por los alimentos no es trivial; implica reconocer la dependencia humana de procesos naturales, sociales y espirituales.
Reflexión sobre el trabajo humano
El proceso para producir pan es complejo: sembrar, cosechar, trillar, limpiar, moler, mezclar, amasar y hornear. Las fuentes rabínicas estiman que este trabajo arduo debe hacernos reflexionar sobre lo fácil que sería dar por sentado el pan.
Memoria del paraíso y esperanza mesiánica
Aquí es donde la bendición adquiere un matiz teológico más profundo: según algunos sabios, Hamotzi no solo recuerda un pasado mítico (como un paraíso donde el pan crecía fácilmente), sino que proyecta una esperanza futura:
- Para algunos (como el rabino Nehemiah), la bendición recuerda un pasado ideal donde el pan “crecía” espontáneamente.
- La mayoría rabínica sin embargo interpreta que Hamotzi apunta hacia un tiempo por venir: un mundo mesiánico donde la comida sea abundante, el trabajo sea más liviano, y el hombre reciba el pan de una manera más plena y sin tanto esfuerzo.
Por tanto, al decir Hamotzi, no solo agradecemos por lo que tenemos, sino que afirmamos nuestra fe en un futuro mejor, en la restauración de la abundancia y la paz.
Aspectos halájicos (ley judía)
La bendición de Hamotzi está regulada por la halajá, el cuerpo de leyes judías, que define cuándo se debe decir, cómo y qué tipo de “pan” califica para ella.
Qué alimentos requieren Hamotzi
No todo lo que tiene forma de pan califica automáticamente para la bendición de Hamotzi:
- Debe tratarse de pan elaborado a partir de los cinco granos: trigo, cebada, centeno, espelta u avena.
- Además, debe estar horneado (no cocido o frito) y presentar la apariencia de pan. Hay alimentos al lado del pan —como algunos tipos de panecillos, galletas o bollos— que pueden considerarse “intermedios” y recibir otra bendición (Mezonot), según su contexto.
- Si alguien decide “establecer una comida” sobre unos bollos o panecillos no tradicionales, halájicamente se los puede “elevar” al estatus de pan para efectos de la bendición: en ese caso debe lavarse las manos y recitar Hamotzi.
Postrera bendición: Birkat Hamazón
Después de comer pan y completar la comida, la bendición correspondiente es la Birkat Hamazón, una serie de bendiciones completas que se recitan tras la comida.
Errores comunes y reglas prácticas
Algunos puntos halájicos relevantes:
- Si uno dijo Hamotzi sin sostener el pan, algunas fuentes dicen que no es necesario repetirlo si el pan estaba frente a él durante la recitación.
- Si interrumpes la comida significativamente, hay opiniones que indican que debes lavarte las manos nuevamente y repetir Hamotzi si vas a retomar el pan.
- En comidas pequeñas (cantidad de pan muy escasa), la halajá fija ciertos umbrales para saber cuándo se recita Hamotzi y cuándo no, o si se hace una bendición diferente.
Variantes, costumbres y reflexiones contemporáneas
Costumbres en Shabat y festividades
- En muchas cenas de Shabat, el líder de la mesa (a veces la cabeza de familia) levanta los dos panes (challah) mientras recita Hamotzi, como parte de un gesto simbólico.
- La sal que se espolvorea en el pan tras la bendición remite a los sacrificios del Templo, que siempre incluían sal.
- En algunos entornos, tras recitar la bendición, la gente rompe el pan en pedazos pequeños para compartir, lo cual simboliza inclusión y humildad. Otros lo cortan con cuchillo, dependiendo de la costumbre familiar o comunitaria.
Silencio y protocolo
Como mencionamos, muchas comunidades mantienen silencio entre el lavado de manos y el acto de recitar Hamotzi. Esta práctica no es una ley estricta, pero se valora porque evita distracciones y mantiene la conexión espiritual con lo que se va a hacer.
Debate sobre alimentos modernos
Con la diversidad de alimentos hoy día, nacen preguntas prácticas:
- ¿Qué sucede con panes sin gluten o panes elaborados con harinas no tradicionales? Dependiendo de sus componentes (si no son de los cinco granos), podrían requerir una bendición diferente.
- El rol de ciertas recetas contemporáneas (como panecillos de matzá, masas alternativas o formas nuevas de pan) genera discusión entre los rabinos: ¿cuándo estos productos se consideran “pan” halájico y cuándo no?
- En comunidades con tradiciones específicas (como sefardíes, etíopes, yemenitas, etc.), pueden tener sus propias prácticas en torno a las bendiciones y el pan.
Interpretaciones teológicas modernas
Más allá de la halajá, Hamotzi ha inspirado reflexiones en teología y espiritualidad:
- Para muchos, recitar Hamotzi es una forma de reconectarse con lo esencial: el pan es un símbolo universal del sustento, y agradecérselo a Dios nos recuerda nuestra dependencia y responsabilidad.
- La idea de que la bendición alude también a un mundo futuro (una era mesiánica de abundancia) motiva a la esperanza social: no solo es agradecimiento por lo que tenemos, sino una afirmación de que Dios puede traer un futuro mejor donde las necesidades básicas estén aseguradas.
- Desde una perspectiva ética, la conciencia de cómo se produce el pan (trabajo, justicia agraria, medio ambiente) resuena hoy con debates sobre sustentabilidad: al decir “quien saca pan de la tierra”, nos recordamos que no es “gratis”: hay un proceso humano y natural detrás.
Conclusión
La bendición de Hamotzi es mucho más que una frase corta antes de comer pan. Es un puente entre lo cotidiano y lo trascendente: nos conecta con nuestras raíces agrícolas, con el trabajo humano, con nuestra gratitud a Dios y con la esperanza de un mañana más justo y abundante.
Al recitar “Baruch ata Adonai … hamotzi lechem min ha’aretz”, afirmamos que el pan no es algo garantizado, sino un regalo divino que valoramos profundamente. Reconocemos el esfuerzo humano que hay detrás, y al mismo tiempo, recordamos que hay algo más allá de este mundo: un futuro en el que la provisión fluya con más facilidad para todos.
En cada comida, al decir Hamotzi, hacemos más que bendecir el pan: renovamos un pacto simbólico con nuestra tradición, reafirmamos nuestra gratitud y expresamos nuestra fe en un mundo donde lo esencial no falte.

