En un momento en el que el mundo anhela conexión espiritual y raíces auténticas, el cantor y creador musical israelí Yisrael Ben Tulila lanza una versión profundamente conmovedora del himno tradicional de Shabat, “Yigdal Elohim Chai”. Este proyecto no es solo una interpretación musical: es una misión cultural y espiritual para revivir, conservar y difundir el legado sonoro de las comunidades judías de todo el mundo.
Con una voz cargada de emoción y una producción musical meticulosa, Ben Tulila pretende hacer accesibles las melodías de la sinagoga a un público amplio, tanto dentro como fuera del ámbito religioso. Su interpretación logra capturar no solo la belleza melódica del cántico, sino también su profundidad espiritual, llevando al oyente a una experiencia auténtica de Shabat, como si estuviera presente en una sinagoga.
¿Quién es Yisrael Ben Tulila?
Yisrael Ben Tulila no es un cantante común. Su arte nace de una vida inmersa en la liturgia, el canto tradicional y las múltiples expresiones de la música judía. Habiendo crecido en una sinagoga, desde pequeño desarrolló una conexión íntima con los cánticos del Shabat, las Altas Fiestas y los días de semana.
Una misión espiritual
Para Ben Tulila, este proyecto musical va más allá del entretenimiento o la producción artística. Como él mismo lo dice en una entrevista con Arutz Sheva – Israel National News:
«Es mucho más que cantar; es una misión.»
Su objetivo es claro: llevar las melodías tradicionales del judaísmo a los corazones de las personas, especialmente a aquellos que quizás nunca han escuchado estos cánticos tal como se entonan en un servicio religioso auténtico.
La nueva versión de Yigdal Elohim Chai
Un himno con raíces milenarias
“Yigdal Elohim Chai” es mucho más que una bella melodía. Se trata de un himno ancestral basado en los Trece Principios de Fe de Maimónides (Rambam), un pilar fundamental del pensamiento judío. Estos principios abarcan temas como:
- La unicidad de Dios
- La eternidad de la Torá
- La profecía
- La venida del Mesías
- La resurrección de los muertos
Este himno se canta tradicionalmente al finalizar la oración de Maariv del viernes por la noche, y su melodía, originaria de las comunidades sefardíes de Esmirna y Estambul, ha sido adoptada por comunidades de todo el mundo.
Una interpretación con alma
La versión de Ben Tulila destaca por su línea melódica limpia, suave y profunda, lo que él describe como «un sabor de la sinagoga«. Su enfoque evita los excesos modernos y busca preservar la esencia original del cántico. A diferencia de muchas producciones contemporáneas, esta interpretación no busca impresionar con arreglos grandilocuentes, sino conmover con sinceridad y autenticidad.
Producción musical: entre tradición y modernidad
Colaboraciones clave
Este proyecto no solo brilla por la voz de Ben Tulila, sino también por la colaboración de músicos de alto nivel:
- Erez Lonberg en el piano y la producción musical
- Noam Shapir en el kamancheh, un instrumento de cuerda frotada tradicional que aporta una textura oriental evocadora
La producción logra una armonía perfecta entre lo antiguo y lo nuevo, entre la liturgia y la sensibilidad contemporánea. Cada nota, cada arreglo, está pensado para respetar la raíz espiritual del cántico y al mismo tiempo conectar con el alma del oyente moderno.
Influencias musicales diversas
Aunque Ben Tulila trae consigo los sabores de la melodía marroquí heredada de su padre, también está profundamente conectado con las tradiciones asquenazí, jerosolimitana y sefardí. Esta riqueza de influencias le permite acercarse a cada versión con respeto y fluidez:
«Me siento como en casa con cada versión», afirma.
El poder espiritual de Yigdal Elohim Chai
La elección de este himno no es casual. Como explica el propio Ben Tulila, la letra de “Yigdal Elohim Chai” resuena especialmente en estos tiempos:
«En estos tiempos de guerra y de pasos hacia la redención, la letra de este cántico conmueve y calma el corazón: ‘Él enviará el fin con la diestra de nuestro Mesías, para redimir a quienes esperan su salvación’.»
Estas palabras, cantadas durante generaciones, toman un nuevo significado en un contexto actual marcado por desafíos nacionales y espirituales. La canción se convierte así en una súplica colectiva, una afirmación de fe, y un bálsamo para el alma judía.
“Veshamru” y otros himnos: una serie en expansión
La versión de “Yigdal Elohim Chai” no es el primer trabajo litúrgico de Ben Tulila. Previamente, lanzó una delicada interpretación de “Veshamru”, otro himno del Shabat que proclama el valor del descanso sabático como señal eterna entre Dios y el pueblo de Israel.
Este nuevo lanzamiento marca el inicio de un extenso proyecto de himnos tradicionales, en el que Ben Tulila pretende ofrecer versiones auténticas de cánticos que forman parte de la memoria colectiva del pueblo judío.
Ya hay nuevas interpretaciones en fases avanzadas de producción, lo que promete una rica serie de lanzamientos que ayudarán a preservar y difundir este legado musical sagrado.
Una sinfonía de identidad: música como herramienta educativa y espiritual
Este proyecto no solo tiene valor artístico, sino también educativo y comunitario. Muchos jóvenes judíos en la diáspora crecen sin una conexión directa con la liturgia tradicional. Al escuchar estas melodías en un formato accesible y emocional, se abre una puerta para reconectar con su identidad espiritual y cultural.
La música, en este contexto, se convierte en una herramienta poderosa para transmitir valores, historia y espiritualidad.
Relevancia cultural e histórica de Yigdal Elohim Chai
Un legado que traspasa generaciones
“Yigdal Elohim Chai” ha acompañado a los judíos en momentos de paz y de exilio, de alegría y de duelo. Su letra, compuesta con base en los principios filosóficos de Maimónides, representa una declaración de fe inquebrantable.
Cantado en sinagogas de Marruecos a Turquía, de Israel a Argentina, este himno es una cápsula del alma judía. La versión de Ben Tulila busca honrar esta tradición y llevarla, con respeto, a las nuevas generaciones.
En tiempos de incertidumbre
La música litúrgica cobra una dimensión aún más profunda en tiempos difíciles. En medio de guerras, ataques antisemitas, y una constante búsqueda de redención, “Yigdal Elohim Chai” no es solo una canción: es una plegaria viviente.
Ben Tulila nos recuerda que la esperanza y la redención están presentes en las melodías del pasado, y que escuchar y cantar estos cánticos puede darnos fuerza en el presente.
Una voz que une generaciones
El trabajo de Yisrael Ben Tulila con “Yigdal Elohim Chai” no es simplemente una nueva grabación de un himno antiguo. Es un acto de amor, de fe y de legado. Es un puente entre generaciones, entre tradiciones, entre lo espiritual y lo artístico.
Con su talento, humildad y profundo respeto por la tradición, Ben Tulila logra algo que muy pocos artistas consiguen: traer al presente el eco eterno del alma judía.
Este proyecto nos invita no solo a escuchar, sino a sentir. No solo a recordar, sino a revivir. Y, sobre todo, a cantar juntos como un pueblo que nunca ha dejado de creer.
