El primer ministro israelí, Naftali Bennett, prometió el miércoles devolver el golpe no solo a los terroristas sino también a quienes los envían, incluidos aquellos “a mil kilómetros al este de aquí”.
En una advertencia apenas velada a Irán, Bennett dijo en su discurso del Día de los Caídos en el Monte Herzl en Jerusalén que aquellos que envían terroristas para atacar a Israel “ya han comenzado a pagar el precio, y esto solo aumentará”.
Los enemigos de Israel, dijo, “encontrarán cada vez más iniciativa, ataques e innovación. Si vamos a tener que pelear un nuevo conflicto, estamos decididos a llegar listos, entrenados, sorprendiendo a nuestros enemigos y no siendo sorprendidos, y golpear al enemigo con un golpe poderoso y decisivo”.
La violencia y el terrorismo, dijo el primer ministro, no eran un fenómeno natural ni un destino inevitable que el Estado de Israel tuviera que aceptar.
“Nuestros enemigos [algún día] entenderán hasta qué punto su sueño de destruirnos es inútil”, dijo.
“Estamos luchando contra un enemigo cruel y que busca la muerte. Día tras día, recibimos recordatorios de que el viaje aún no está completo. En lugar de construir sus vidas y futuros, nuestros enemigos se niegan a abandonar su deseo de destruir nuestras vidas. Pero míranos y [míralos] a ellos. El enemigo se ahoga en la pobreza y el sentimiento miserable de victimismo, mientras nosotros construimos un país próspero, fuerte y optimista”.
La respuesta de Israel a sus enemigos, dijo, es un “muro de hierro”.