La Universidad Hebrea de Jerusalén hizo historia este verano al lanzar el primer ulpán de Ladino del mundo. Esta iniciativa pionera, conocida como la Escuela Internacional de Verano de Ladino, representa un paso audaz y necesario en la preservación y revitalización del ladino, el idioma judeoespañol de los judíos sefardíes. Durante dos semanas y media, 28 estudiantes de todo el mundo se sumergieron en un programa de estudio intensivo diseñado no solo para enseñarles el idioma ladino, sino también para ofrecerles una visión profunda de la cultura sefardí. Este programa innovador atrajo a estudiantes de orígenes diversos y con distintos niveles de logros académicos, y se espera que tenga un impacto duradero en la preservación de una lengua que, durante siglos, ha jugado un papel crucial en la vida de los judíos sefardíes.
La Importancia del Ladino: Comprender su Rica Historia y su Frágil Futuro
El ladino, también conocido como judeoespañol, tiene una historia rica que se remonta a la España medieval. Surgió como el idioma hablado por los judíos sefardíes durante la Edad de Oro en España y continuó prosperando incluso después de la expulsión de los judíos en 1492. A lo largo de los siglos, los judíos sefardíes llevaron el ladino con ellos mientras se establecían en el Imperio Otomano, los Balcanes y el norte de África. El idioma se desarrolló en una mezcla única de español antiguo, hebreo, turco y otras influencias balcánicas, creando una tradición lingüística diaspórica sin igual.
Sin embargo, el ladino está en peligro de extinción. Varios eventos históricos, como la caída del Imperio Otomano, la devastación de la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, redujeron drásticamente el número de hablantes nativos de ladino. Además, la creación del Estado de Israel y el impulso por el hebreo moderno erosionaron aún más el uso del ladino, que ha ido desapareciendo poco a poco de la vida cotidiana.
Hoy en día, la mayoría de los hablantes nativos de ladino son personas mayores, y el idioma no ha encontrado un lugar en la vida diaria de las generaciones más jóvenes. Mientras que el yiddish, otro idioma prominente de la diáspora judía, continúa siendo hablado y estudiado en algunas comunidades judías, el ladino ha luchado por ganar el mismo nivel de atención. A pesar de su importancia histórica y cultural, ha estado subrepresentado en entornos académicos, especialmente en instituciones occidentales.
Ladino: Una Ventana a la Cultura Sefardí
El ladino no es solo un idioma, es una puerta de entrada para comprender la cultura sefardí, que ha influido en la vida, costumbres y tradiciones judías durante siglos. El idioma está íntimamente ligado a una vasta gama de tradiciones sefardíes, incluidas la música, la literatura, las prácticas religiosas y la vida familiar. Muchas canciones sefardíes, especialmente romanzas, canciones de bodas y nanas, se transmiten en ladino, lo que refleja la profunda conexión emocional y cultural entre el idioma y sus hablantes.
Al aprender ladino, los estudiantes de esta primera sesión de verano no solo adquirieron una habilidad lingüística, sino que también profundizaron en la historia e identidad sefardí. El programa ofreció módulos que exploraron el uso de archivos y herramientas de investigación, al mismo tiempo que enfatizaba la necesidad de comprometerse con la tradición viva del ladino. Los estudiantes tuvieron la oportunidad única de conocer a 25 hablantes nativos, lo que les permitió cerrar la brecha entre el estudio académico y la preservación real del idioma.
La Creación del Ulpán de Ladino: Un Sueño Hecho Realidad
La idea de un programa de verano en ladino había estado en la mente de la Dra. Ilil Baum durante años. Baum, ahora profesora en la Universidad Hebrea de Jerusalén y en la Universidad de Bar-Ilan, comenzó a notar una pregunta recurrente durante su tiempo como investigadora posdoctoral en la Universidad de Míchigan: «¿Dónde podemos estudiar ladino?»
En el ámbito académico occidental, el ladino ha estado tradicionalmente a la sombra de otros idiomas judíos, como el yiddish y el hebreo. A pesar de los esfuerzos de algunas universidades, nunca ha existido un programa inmersivo dedicado al ladino, como los ulpán de yiddish o hebreo que existen en varias instituciones. Esta falta de representación inquietaba a Baum, quien reconocía tanto la importancia histórica como la urgencia cultural de preservar el ladino.
La visión de Baum se hizo realidad en agosto de 2023, cuando ella y el profesor David Bunis, jefe del programa de ladino en la Universidad Hebrea, lanzaron el primer ulpán de ladino de la historia. La escuela de verano ofrecía créditos académicos a los participantes, lo que lo convertía en un programa formal y riguroso en el que los estudiantes podían profundizar en el idioma y su contexto cultural.
La Estructura del Programa
El programa fue diseñado para atender a estudiantes con diferentes niveles de competencia, ofreciendo tanto niveles principiantes como avanzados. Por las mañanas, los estudiantes asistían a clases intensivas de idioma, mientras que las tardes se dedicaban a módulos especiales centrados en el uso de archivos, herramientas de investigación y estudios sobre la cultura sefardí.
Aunque la instrucción en el idioma era crucial, Baum enfatizó que el programa también tenía como objetivo sumergir a los estudiantes en el trabajo práctico de documentar y preservar el ladino. Un componente clave del curso involucraba interactuar con hablantes nativos, alentando a los estudiantes a documentar sus historias y matices lingüísticos, contribuyendo así a un archivo vivo del ladino.
Experiencias de los Estudiantes: Un Viaje Personal y Académico
Lo que hizo tan especial este primer ulpán de ladino fue la diversidad de sus estudiantes. Mientras que muchos tenían herencia sefardí, algunos participantes no tenían conexión directa con el idioma o la cultura, pero estaban atraídos por el interés en los estudios judíos, la lingüística o los idiomas de la diáspora. Esta variedad de antecedentes enriqueció la experiencia de aprendizaje y convirtió al programa en un verdadero crisol de ideas y perspectivas.
Conexión Familiar: Reviviendo una Herencia Perdida
Uno de los estudiantes, Paz Ben-Nissan, encontró el programa especialmente significativo. Con raíces sefardíes búlgaras, Ben-Nissan descubrió el curso de verano de ladino por accidente mientras terminaba su licenciatura en la Universidad Hebrea. Emocionado por la oportunidad, convenció a su primo para que se uniera al programa, viéndolo como una forma de reconectarse con su herencia sefardí. El programa le permitió a Ben-Nissan profundizar en la historia de su familia e incluso brindó la oportunidad de que su abuela y su hermana, ambas hablantes nativas de ladino, participaran en el curso.
Para Ben-Nissan, aprender ladino no se trataba solo de adquirir conocimientos lingüísticos, sino de preservar un aspecto crucial de la identidad de su familia. Como explicó, “No es solo cualquier idioma antiguo. Está desapareciendo. La mayoría de las personas que hablan ladino no son muy jóvenes… hay un sentido de responsabilidad por ese idioma, es parte de la historia de mi familia.”
Pasión Académica y Tradición Cultural
Otros estudiantes llegaron con motivaciones diferentes, como Simone Salmon, una estudiante de doctorado en etnomusicología en la UCLA. Las raíces sefardíes de Salmon se remontan a Turquía, donde su bisabuelo era cantante de ladino y tocador de oud. Las canciones ladinas han jugado un papel importante en la vida de su familia durante generaciones, y su bisabuela recopilaba letras de canciones de mujeres sefardíes en los Estados Unidos, México y Canadá.
Para Salmon, el curso de verano en ladino ofreció una oportunidad para mejorar sus habilidades de traducción y obtener una comprensión más profunda de la tradición musical ladina. Su trabajo se centra en el diverso repertorio de canciones ladinas, que incluye todo, desde romanzas medievales hasta canciones festivas y nanas. A través del curso, se sintió inspirada y conectada con una comunidad más grande de entusiastas del ladino, como explicó: “Fue maravilloso estar rodeada de otras personas tan apasionadas por el ladino, lo cual es muy raro en entornos académicos normales.”
Una Exploración Lingüística Interdisciplinaria
El programa también atrajo a estudiantes sin conexión familiar con el ladino, como Rima “Reyze” Turner, estudiante de doctorado en estudios de yiddish en la Universidad de Wisconsin. El interés de Turner por el ladino surgió de su pasión por los idiomas judíos, y estaba ansiosa por establecer paralelismos entre el yiddish y el ladino en su trabajo académico. Después de pasar un año estudiando ladino en Polonia, llegó al curso de verano con una base sólida en el idioma, pero se fue con una renovada confianza en su capacidad para trabajar con textos ladinos.